En esta actividad vamos a aprender a utilizar la Escala de hambre y saciedad. Es una herramienta muy valiosa porque nos ayuda a comprender mejor los diferentes niveles de hambre y saciedad que tenemos en cada momento.
Es fácil de utilizar, sólo necesitarás un segundo, antes y después de comer, para evaluar cómo te sientes y elegir cuál es el número de la escala que más se ajuste a tu situación en ese momento.
Antes de empezar a comer, intenta identificar dónde podría estar tu nivel de hambre, en qué número empiezas. Cuando hayas terminado de comer, trata de identificar cuál es tu nivel de saciedad, en qué número acabas.
Esto te ayudará a escuchar tus propias señales corporales de hambre y saciedad. Poco a poco, te será más fácil identificar las señales que te envía tu cuerpo.
Inicialmente te será útil llevar un pequeño registro, sólo durante un par de semanas, pasadas las cuales tendrás una valiosa información sobre tus patrones de hambre y saciedad:
- Podrás analizar cuál es el nivel en el que habitualmente sientes el hambre, el nivel en el que empiezas a comer
- Y podrás comprobar cuál es el nivel en el que te sientes llena, en el que sueles dejar de comer normalmente.
Si sigues la recomendación de la Escala:
-> empezar a comer en el nivel 3, es posible que te sientas mejor cuando empiezas a comer ya que no estarás demasiado hambrienta ni desamayada de hambre.
-> acabar de comer en el nivel 7, terminarás con una agradable sensación, sin estar excesivamente llena y sin malestar.
La idea es que el nivel 3, es cuando normalmente el cuerpo de una persona empieza a emitir señales de hambre, no son molestar pero es el momento de empezar a comer.
Y en el nivel 7 es cuando el cuerpo empieza a dar señales de saciedad, o de desaparición del hambre. Estas son moderadas, no es notar el estómago «a tope». Estar sin hambre y satisfecha es muy diferente a sentirse completamente llena y comer sin hambre, cosa que hacemos en muchas ocasiones porque nos sentimos en una obligación falsamente moral de acabar la comida que hay en el plato. Nosotras, estamos a favor de la raciones de comida moderadas, y también en contra del desperdicio alimentario. Pues es mucho mejor que la comida se quede en el plato que no en nuestra grasa corporal, perjudicando nuestra salud. Poco a poco, irás ajustando la cantidad de comida que pones en el plato, a tu nivel de hambre aproximado.
Sentirse satisfecha implica experimentar bienestar general porque estamos disfrutando de los sabores, aromas y texturas de tu comida y sentir placer comiendo. Sentirse llena implica que ya no disfrutamos de esos detalles de la comida, es la sensación de “comer a la fuerza”.
Puedes descargar el cuaderno de la actividad en el siguiente botón:
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